
"En este puente", advirtió Lorca, '"la vida no es un sueño. Cuidado, cuidado, cuidado."
Muchos piensan que porque el "antes" sucedió, el "ahora" no existe. Pero ¿no mencioné que el asombro en curso está sucediendo ahora mismo?
Todos somos coautores de esta exuberancia danzante, donde aun nuestras incapacidades comen asado. Somos los autores de nosotros mismos, coautores de una gigantesca novela de Dostoyevsky protagonizada por payasos.
Esta enorme cosa en la que estamos implicados a la que llamamos mundo es la oportunidad de exhibir lo emocionante que puede ser la alienación.
La vida es producto de un milagro que es la acumulación en el tiempo de momentos atónitos, de estar en mutua presencia.
El mundo es un examen para ver si podemos alzarnos hacia las experiencias directas, un test para ver si podemos ver más allá de nuestra visión. El asunto es una prueba para nuestra curiosidad. La duda es aquí un examen para nuestra vitalidad. Thomas Mann escribió que él preferiría participar en la vida antes que escribir 100 historias. Giacometti fue atropellado por un coche, y recuerda haber tenido un desmayo lúcido, una euforia repentina; y se dio cuenta, de que por fin algo le estaba pasando.
La suposición de que no puedes entender la vida y vivirla simultáneamente.
No estoy totalmente de acuerdo. Que es como decir que no estoy en desacuerdo... Yo diría que la vida que se entiende es la vida que se vive.
Pero la paradoja me molesta, y puedo aprender a amar y hacer el amor a las paradojas que me molestan. Y en veladas realmente románticas conmigo mismo, bailo salsa con mi confusión. Antes de que te vayas, no olvides (que es lo mismo que decir, recuerda. Porque recordar es una actividad mucho más psicótica que olvidar), Lorca, en ese mismo poema, dijo que la iguana morderá a aquellos que no sueñen. Y cuando uno se percata de que sólo es una figura soñada en el sueño de otra persona, éso es ser consciente de uno mismo.
Monólogo de Timothy "Speed" Levitch, extraído de Waking Life, 2001.