Ayer nuestro amigo Warren Ellis planteó una interesante pregunta: "¿por qué no existe la cultura alternativa?". En su columna semanal,
The Sunday Hangover, Warren apunta el dedo en la misma dirección que nuestra
Misión, culpando a la rapaz cultura comercial. Sin embargo, Warren va un paso más allá, señalando a otro culpable:
Estamos en el "anacronismo" de Simon Reynolds — viviendo en un tiempo de constante recursividad ilusoria, en un limbo con una docena de pasados diferentes. Re-actuando, viviendo como un soldado medieval en un Festival Renacentista interminable. Siendo Lenny Kravitz. Siendo los White Stripes. Bandas de colecciones de discos. Gente a la que le gusta Amy Winehouse. Reynolds de nuevo: "Las cosas bajo la influencia del anacronismo son nada. También podrías estar muerto."
Aquí hay otra teoría: quizás el anacronismo no es el retardante de una cultura alternativa floreciente, pero sí es el catalizador. Después de todo, cada subcultura siempre ha sido una respuesta controlada hacia el convencionalismo: la rebelión del punk surgió de una decepción hacia las recompensas prometidas por el
modus operandi profesional; el rastafarismo fue una subversión hacia la religión del hombre blanco; tanto las riot grrls de los 90s como las flappers de los 20s adoptaron un estilo para rechazar – o reclamar – ciertas tradiciones sobre la mujer. ¿Cuál, entonces, es la cultura comercial que la alternativa de hoy en día pone bajo el microscopio?.
Podría ser la Era de la Información. Vivimos una época que nos promete un libre flujo de información, una era que, con sólo mirar un poco más allá, expone constantemente las formas en que los hechos pueden ser encubiertos, en que la historia puede ser remasterizada digitalmente con sólo "vomitar" un sitio web o mezclar algunos adverbios en Fox News. Si el propósito de cada subcultura es interrogar los problemas del convencionalismo, entonces la cultura alternativa de hoy – llámala mash-up, retro-futurismo, como sea – hace precisamente eso, "reescribir la historia" a través de la moda, el arte y la música para cuestionar ideas tales como la información definitiva en esta efímera era actual.
Para la cultura alternativa, re-actuar es re-interpretar. Así como Zoe y yo estuvimos discutiendo hoy, las aceleradas cronologías promovidas por la accesibilidad de Internet al pasado invitan a que sucedan resurgimientos en intervalos cada vez más cortos: los 60s, los 80s y ahora incluso el grunge de los 90s están haciendo una reaparición. "No nos sorprenderemos si un 2001 retro se pone de moda en un par de años," bromea Zoe mientras escribo. Bandas como The Killers hacen que todo suene aburrido, pero se trata sólo de la cultura comercial conectándose con algo más interesante sucediendo bajo la superficie.
Actualmente, la cultura alternativa hace frente a un obstáculo mayor: la velocidad con la cual los pioneros de ciertos nuevos sub-géneros emprenden la fuga. En nuestra era de cronologías aceleradas y alta transparencia, quienes establecen la moda ven "usuarios" adoptando sus creaciones más rápido que nunca. Tristemente, es común que esto conduzca a un deseo por desligarse. Internet hace tan fácil tener ese tipo de sentimientos; ¿quién quiere tener algo que ver con el goth después de ver
este video de Tyra Banks?.
Los artistas del pasado fueron afortunados de tener su aislamiento, porque eso les permitió desarrollar zonas de confort alrededor de su área de trabajo. Algunas zonas de confort son ahora delgadas en cuanto a papel tanto para los creadores originales como para la siguiente generación de adeptos. La gente ve alrededor y piensa, "¿eso debería molestarme?". Creemos que sí. Si todavía hay un concepto que ames, no le permitas a otros quitártelo. Hazlo tuyo. Llévalo un paso más allá. Sobre todo, sé creativo. "Comienza haciendo cosas. Inclínate hacia el futuro." O recibe la eterna mediocridad que mereces.
Extraído del webzine COILHOUSE.