No llores si me amas. ¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo!. ¡Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!. ¡Si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen!. ¿Me has amado en el país de las sombras y no te resignas a verme en el de las inmutables realidades?. Créeme, cuando llegue el día que Dios ha fijado y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía, volverás a ver a aquel que siempre te ama y encontrarás su corazón con todas las ternuras purificadas, transfigurado, feliz, no esperando la muerte sino avanzando contigo en los senderos de la luz. Enjuga tu llanto y no me llores si me amas.
- San Agustín
Ocasionalmente, la gente en los funerales te obsequia reflexiones interesantes.
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