Reconozco con humildad el hecho de que hay mujeres más hermosas y brillantes que yo, así como también las hay con menos dotes y habilidades, por lo cual me libero de la necesidad de preocuparme de lo que cualquier persona piense de mí, y me libero de toda auto-crítica basada en la frustración y la amargura. Soy mi propia mujer, y me apruebo a mi misma.
Me prometo hacer mi mejor esfuerzo para olvidar todo resentimiento hacia la vida, y creer y confiar de verdad y sin escudos en las palabras de las personas que quiero, abandonando el miedo al engaño, disfrutando plenamente la felicidad que conlleva la inocencia.
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