29 oct 2011

Tres

¿Cómo controlar la ansiedad originada por la pérdida de control?. ¿Cómo sofocar la incipiente sensación de la arena deslizándose por entre los bordes de los dedos, la angustia de perder el doble y dos veces el doble con cada desesperado intento por sujetarle?.
Ansiedad me recorre el tórax, ansiedad trata de escapar por mi boca y mis ojos y mis manos. Y me quedo muy quieta y en silencio, prestando atención a una voz que asegura: "Si no le escuchas, le despojas de poder y entonces no existe". Tapo mis oídos, pero luego le veo. Cubro mis ojos y le siento.
La ansiedad me consume, y en conjunto a sus hermanas envidia, desprecio y esperanza, amenaza con no dejar más que cenizas un día de éstos.

Envidia de la felicidad del ignorante, en un extremo, y de la transfiguración generada por la catarsis de mi alma cuando me abres tu corazón, en el otro.

Desprecio por cualesquiera sea la justificación del cosmos para suscitar esta coincidencia.

Y auto-lacerandome con estos repetitivos soliloquios me someto nuevamente a cambio de dos minutos de hermosa anestesia, en un ciclo infinito, hasta que lo imposible ocurra.

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